Paisajes de Navidad
Cristina Roldán
Musicóloga y profesora en la Universidad de La Rioja (UR)
El tradicional concierto de Navidad de la ORCAM ofrece esta temporada obras de reconocida popularidad junto a un esperado estreno, en una cita que reúne sobre el escenario del Auditorio Nacional a la Orquesta y al Coro de la Comunidad de Madrid, el Grupo de Percusión “A tu Ritmo” —integrado por personas con enfermedad mental grave— y el Coro Abierto —proyecto coral en el que participan coristas con discapacidad intelectual— bajo la dirección de José Miguel Pérez-Sierra.
Vaughan Williams, La Fantasía sobre ‘Greensleeves’
La obra que abre el programa nos presenta una de las melodías más populares del folklore inglés, Greensleeves (cuya traducción al castellano sería “mangas verdes”). Según cuenta la leyenda, fue escrita por Enrique VIII a Ana Bolena; sin embargo, las características armónicas y rítmicas de la obra llevan a pensar que es bastante improbable que se escribiera en Inglaterra antes de la muerte del monarca. Se trata de una breve y sencilla melodía construida sobre un bajo ostinato que constituía la base sobre la cual los intérpretes improvisaban variaciones. Esta técnica de composición se utilizaba bastante en la segunda mitad del siglo XVI. Concretamente, Greensleeves está construida sobre el esquema armónico de la Romanesca, un estilo de canción popular italiana que también tuvo gran difusión en España y en la Inglaterra isabelina.
Greensleeves ha servido de inspiración a multitud de autores a lo largo de la historia. Desde su publicación en 1580, dio lugar a baladas y piezas para laúd en los siglos XVI y XVII; William Shakespeare se refirió a ella en varias ocasiones en la comedia Las alegres comadres de Windsor (1602); a finales del siglo XIX se convirtió en el villancico What Child Is This?, gracias a una adaptación de John Stainer; Gustav Holst empleó la melodía en su Suite St. Paul Op. 29 n° 2 (1913); y el italiano Ferrucio Busoni, en su ópera Turandot (1917). Con todo, su fama internacional llegaría años más tarde, cuando en 1929 el músico británico Ralph Vaughan Williams la utilizó en una pieza del tercer acto de su ópera Sir John in Love. Llegó a ser tan conocida, que superó a la propia ópera, interpretándose de manera independiente como la Fantasía sobre Greensleeves (1934) gracias a un arreglo de Ralph Greaves.
Vaughan Williams (1872-1958) ha sido considerado como uno de los compositores más importantes de la música inglesa. Estudió en Londres, en el Royal College of Music, y en la Universidad de Cambridge, antes de viajar a Europa para trabajar con Max Bruch en Berlín y Maurice Ravel en París. Consciente de que la reputación musical de Inglaterra había sufrido desde la muerte de Purcell en 1595, Vaughan Williams, al igual que otros compositores contemporáneos, buscó restablecer una voz nacional recurriendo a la música del pasado. Particularmente, se dedicó a investigar sobre canciones tradicionales de Inglaterra, con especial interés en el periodo Tudor. Su descubrimiento le llevó no solo a encontrar su propio estilo en la composición, sino también, como le sucediera a Bartók y Kodály en Hungría, a recopilar las canciones de una tradición oral abocada al olvido.
La Fantasía sobre Greensleeves es buena muestra de ello. La obra, escrita para flauta, arpa y cuerdas, presenta una forma ABA. Consta de dos partes con dos frases de carácter contrastante y una repetición final, siguiendo así la estructura de las canciones populares. El primer tema comprende la melodía Greensleeves. Se inicia con un solo de flauta que anuncia su llegada acompañada con el arpa, y a la que suceden las cuerdas presentándola por primera vez de manera completa. La sección central de la composición introduce una melodía contemporánea más vivaz, procedente de otra canción tradicional inglesa, Lovely Joan, para terminar la obra con un retorno a «Greensleeves». Toda la composición tiene carácter melancólico y evocador.
Saint-Saëns, ‘Oratorio de Navidad Op. 12’
Camille Saint-Saëns (1835-1921) ingresó al Conservatorio de París en 1848 y estudió órgano con Benoist, ganando el primer premio en 1851. En el mismo año comenzó a estudiar composición y orquestación con Halévy, y también tomó clases de acompañamiento y canto. En diciembre de 1857, a la edad de 22 años, fue nombrado organista de la Iglesia de la Madeleine, desempeñando así el cargo más importante y mejor pagado de París. Durante los 20 años que ocupó este puesto, escribió la mayor parte de sus obras religiosas, entre las que destacaría el Oratorio de Navidad que se estrenó en 1858. Tanto la música antigua como la de su época le atrajeron en su labor compositiva. Ayudó a revivir el interés en Bach (incluso convirtiendo a su escéptico amigo Berlioz a la causa), y Händel, poco conocido entonces por el público francés, le fue de inspiración para escribir sus propios oratorios.
Su Oratorio de Navidad, Op. 12, utiliza textos litúrgicos de la Vulgata latina, con partes de los oficios de Navidad. Consta de diez movimientos, incluido un preludio instrumental, y requiere una plantilla relativamente pequeña: órgano, cuerdas, arpa, cinco solistas y coro. Su estilo se aleja en ocasiones de los oratorios de la época. Solo en el segundo movimiento incorpora un recitativo de solistas, pero sin dramatis personae; además, el rol del coro es bastante restringido. La limitación de la instrumentación a cuerdas, arpa y órgano, la deliberada simplicidad que caracteriza a la composición, la renuncia al brillo festivo de las trompetas y la proximidad a la música tradicional navideña francesa en los movimientos corales, le dan a toda la obra un carácter introvertido y contemplativo. En el centro actúa el órgano que, como solista o en el acompañamiento, aparece en los diez movimientos. Todo ello ha llevado a algunos musicólogos a considerar que la obra se asemeja más a una cantata que a un oratorio, debido al uso reducido de elementos dramáticos y a una expresión más contenida.
La influencia de Bach en el lenguaje que emplea Saint-Saëns es evidente y declarada de manera explícita en la partitura del preludio, donde se puede leer la indicación “Dans le style de Séb. Bach”. Su ritmo siciliano evoca el mundo pastoral que presentara Bach en la sinfonía de la Parte II de su Oratorio de Navidad, BWV 248. Continúa el oratorio con un recitativo, “Et pastores erant”. El texto nos traslada al momento de la anunciación a los pastores a través las voces de los narradores (tenor, bajo y barítono) y los ángeles (soprano y coro). Un tenue acompañamiento de órgano puntualiza todos los versos del recitativo, activándose solo al final, con la entrada del coro “Gloria in altissimis Deo, et in terra pax hominibus bonae voluntatis!” (Lucas 2:8-14).
El siguiente aria, “Expectans expectavi Dominum” (Salmo 40:1), es una pieza solemne y expresiva para mezzosoprano, cuerdas (sin contrabajo) y órgano. La espera del Salvador está vívidamente representada por la repetición y el énfasis musical en la palabra “expectans” (“Esperé pacientemente al Señor y él se inclinó a mí”). Le sigue “Domine, ego credidi” (Juan 11:27), un credo que comenzará con el tenor solista y al que un coro de mujeres se sumará de manera solemne, acompañados por el órgano y las cuerdas.
En el quinto movimiento del oratorio se encuentra el “Benedictus” (Salmo 118:26-28) que se desarrolla en un dúo entre soprano y barítono, en la forma sonata (ABA’). La primera parte se caracteriza por su acompañamiento basado en acordes en el órgano y el arpa. La segunda sección presenta un desarrollo más lírico y confidente, en coherencia con el verso que se canta (“Tú eres mi Dios y te confesaré”), antes de regresar al carácter de la parte inicial.
El sexto número, “Quare Fremduerunt gentes” (Salmo 2:1), es el único en la obra que adquiere rasgos dramáticos y contrasta así con el lirismo del resto de la composición. El “furor de los paganos”, ilustrado por las inquietas figuras en las cuerdas, culmina en el solemne himno “Gloria Patri” y termina con un “Amén” en pianissimo.
Uno de los momentos más atractivos del oratorio es, sin duda, el trío brillante “Tecum principium” (Salmo 110:3), acompañado con veloces arpegios del arpa que recuerdan a Gounod. Con el quinteto “Consurge, Filia Sion” (Isaías 62:1), Saint-Saëns vuelve al preludio, del que toma 18 compases y cierra así temáticamente los paréntesis de la obra. El cierre festivo corresponde al movimiento coral “Tollite hostias” (Salmo 96: 8-13), de un carácter sencillo y pegadizo en la tonalidad de Sol mayor.
Paús, ‘Cantata sobre fondo Alborán’
La tercera obra que compone el programa es un esperado estreno: la Cantata sobre fondo Alborán del compositor valenciano Ramón Paús (Castellón, 1959). Un encargo de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid del año 2019, cuyo estreno tuvo que ser aplazado por la pandemia en dos ocasiones.
Ramón Paús está considerado como uno de los compositores más relevantes del panorama actual. Tras graduarse por L’ Aula de Música y Moderna y Jazz, y por el Conservatorio Superior del Liceo de Barcelona, recibió una beca para estudiar en la Berklee School de Boston, formándose además en música cinematográfica con el compositor José Nieto. En la actualidad, ejerce como profesor en la Facultad de Música y Artes Escénicas de la Universidad Alfonso X, labor que compagina con su faceta como compositor.
La composición, que se escuchará por primera vez a cargo de la ORCAM, se estructura en tres movimientos: I. Amé creyendo en el abandono; II. Nadie dirá nada de la luz; III. A ese insolente joven sepulto en mí. Sus textos parten de dos poemas del libro Leve Sangre de Jeannette L. Clariond (Chihuahua, 1949) y un tercero, El joven sepulto en mí (Silvas para no morir), del escritor Daniel Sarasola (Bilbao, 1962). Está dedicada a aquellos que truncaron sus sueños en el hermoso mar de Alborán.
Selección de villancicos
El broche final del concierto lo pondrá una selección de villancicos para despedir el año 2021 en un ambiente popular y festivo. El término “villancico” se utilizó por primera vez a finales del siglo XV para designar a una forma musical y poética vernácula española que consistía en varias estrofas (coplas) enmarcadas por un estribillo al principio y al final, dando una estructura general de ABA. Originalmente se asociaba con temas rústicos o populares, y fue ampliamente cultivado en la música polifónica secular de finales de los siglos XV y XVI. En la segunda mitad de esta centuria, los temas devocionales y religiosos ganaron en importancia y la forma se utilizó cada vez más para composiciones sagradas en lengua vernácula que se introdujeron en la liturgia en los días festivos. En el siglo XVII se volvió más importante que el motete latino, y aunque su calidad artística disminuyó en los siglos XVIII y XIX, siguió siendo popular tanto en España como en América Latina. Desde entonces, el término “villancico” ha llegado a significar simplemente a una composición de temática navideña.
Los villancicos con los que culminará el último concierto de 2021 de la ORCAM serán: Adeste fideles, Campana sobre campana (en un arreglo del compositor Antón García Abril, quien precisamente nos dejó este año); El Tambolero y Pastores venid (en un arreglo de J.J. Colomer).
Un concierto para recordar que nos permitirá despedir de manera emotiva este año.