VII – ABONO SINFÓNICO
Franz Joseph Haydn. Misa, Hob.XXII:9 “Missa in tempore belli” (Misa en tiempo de guerra) (1976)
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Sergei Rachmaninoff. Sinfonía nº2, op.27 + (1908)
+ Primera vez ORCAM
La Missa in tempore belli (1796) de Haydn fue compuesta en el fragor de las guerras revolucionarias francesas. A lo largo del siglo que llegaba a su fin, el archiducado austríaco se había fajado en conflictos bélicos muy diversos –dinásticos, expansionistas o defensivos frente a la amenaza turca–, pero ahora todos eran conscientes de que esta guerra era distinta a las otras, y que lo que estaba en juego era mucho más que un tanto a favor o en contra de una determinada casa real. Compuesta nominalmente para celebrar el santo de la princesa María Hermenegilda –consorte del príncipe Nikolaus II Esterházy–, esta Misa para tiempos de guerra y pertrechada –de acuerdo con las convenciones de la época– con trompetas y timbales, parece dirigida directamente a la nación, adelantándose –por siete solo años– al Beethoven de la Sinfonía «Heroica».
El cambio de ciclo ocasionado por la Primera Guerra Mundial impidió a Rachmaninoff convertirse en el mayor sinfonista ruso después de Tchaikovsky, encasillándolo en su faceta de virtuoso del piano, a la vez que la situación política de su país lo forzó a un exilio definitivo en los Estados Unidos. Su Segunda Sinfonía –compuesta en 1908 y estrenada con enorme éxito en San Petersburgo, cuando el compositor se encontraba en el ecuador de su vida– es con diferencia la más interpretada de las tres que conforman su catálogo. Es también una demostración de su talento para la construcción de enormes lienzos sinfónicos animados interiormente por un melodismo tan personal como desbordante.