CICLO SINFÓNICO XIII – 22/23
Johannes Brahms. Nänie, op. 82
Johannes Brahms. Cuatro canciones, op. 17
Gustav Mahler. Sinfonía n° 4 en sol mayor
Nänie es la forma alemana de una palabra latina, naenia, que significa “canción fúnebre”, y que en Brahms está precisamente motivada por la muerte de un amigo, el pintor neoclásico Anselm Feuerbach (1829-1880). Sus pinturas incluían referencias a la mitología griega, lo que llevó a Brahms a inspirarse en un poema de Schiller en el que las alusiones al mundo clásico no se explicitan siempre, pero sin duda se evidencian. El tono del poema es apocado, pero el de la creación de Brahms es decidido.
Una de las particularidades de Nänie es el uso del arpa, al que solo recurre aquí, en su Réquiem alemán y en la siguiente obra que compone el programa: su Opus 17, cuatro canciones escritas para coro femenino. La elección de dos trompas y un arpa para acompañar el coro es inusual, pero sin duda está influenciada en gran parte por los melancólicos textos que se cantan. Insólita resulta también la Sinfonía nº 4 de Mahler, la última de las sinfonías de Wunderhorn. No encontraremos en ella los pesados metales de sus tres primeras sinfonías y su duración también será mucho menor. Mención especial merece la canción Das himmlische Leben, escrita originalmente en 1892, que al final de la sinfonía presenta la visión del cielo de un niño a través de la voz de la soprano solista. Una partitura sin la naturaleza melancólica, la intensidad y la inmensidad de las que aún estaban por venir.
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