ALBERT BOADELLA
JUAN J. COLOMER
EL PINTOR
Esta ópera plantea una mirada crítica sobre la vida y obra de Picasso
Sala Roja. Estreno absoluto. Duración: 2h 50min
08/02/2018 – 11/02/2018
Sala Roja
Jueves y sábado | 20.30 h |
Domingo | 19.30h |
Compositor: Juan J. Colomer
Director musical: Manuel Coves
Libreto y dirección escénica: Albert Boadella
Escenógrafo: Ricardo Sánchez Cuerda
Figurinista: Mercè Paloma
Iluminación: Bernat Jansá
Coreografía: Blanca Li
Imágenes: Sergio Gracia
Pinturas: Dolors Caminal
Orquesta titular del Teatro Real (Orquesta Sinfónica de Madrid)
Coro de la Comunidad de Madrid. Director: Félix Redondo
ELENCO
El pintor: Alejandro del Cerro
Mefisto: Josep Miquel Ramón
Fernande: Belén Roig
Apollinaire/Velázquez: Toni Comas
Gertrude Stein: Cristina Faus
Jefe de tribu: Iván García
Producción: Teatros del Canal en colaboración con Teatro Real
“Nadie le puede negar su trazo genial. Incluso en los centenares y miles de disparates aparece siempre un detalle de su infinita gracia. Desde la infancia parecía un ser nacido solo para pintar. Sin embargo, asistimos a la paradoja de cómo el pincel más dotado del siglo XX fue también quien le asestó el golpe letal al arte pictórico.
A semejanza de un Atila de las artes, por allí por donde pasó el pintor no volvió a crecer la pintura. La convirtió en “artes plásticas” entregadas a la producción intensiva. Sometidas a las ocurrencias de la novedad compulsiva. Cinco, diez, veinte obras diarias, y el mercado financiero se rindió exaltado y eufórico ante él. Ya no era el valor formal y emocional de la obra sino la pura especulación comercial la que marcaba el camino de lo valioso y lo desechable. Con su prodigiosa astucia y el apoyo fiel de sus cofrades políticos logró ser ensalzado por los medios como el genio supremo. Fue el hombre anuncio de sus propios éxitos pero la culminación de su gloria llegaría con la apoteosis de lo monstruoso. Un aquelarre de formas descarnadas y desmedidas, regodeándose en un delirio de feísmo. ¿Existió alguna inspiración divina o diabólica que guió al Pintor hacia un éxito tan duradero? Esta ópera se adentra en estos momentos cruciales de su vida. Allí donde un artista decide entre la entereza o la declinación hacia oro y la fama”.
Albert Boadella
Sobre la música de El Pintor
“El libreto de Boadella sobre Picasso ofrece la posibilidad de explorar una rica variedad estilística en una misma obra, sin que por ello pierda coherencia estética.
Comienza con un lenguaje bastante tradicional, reminiscente de los periodos impresionista francés y nacionalista español, con apuntes musicales secos en clara alusión a la afición taurina que Picasso arrastró durante toda su vida, características que actúan a modo de leitmotiv para ayudar en la narrativa musical.
A medida que la pieza va avanzando y el arte de Picasso va pasando por diversos períodos, así también la música va incorporando elementos más modernos y adaptándose a la realidad pictórica, utilizando por ejemplo una deconstrucción rítmica para emular el cubismo, todo ello conservando elementos temáticos característicos que nos permiten ver una evolución estilística en consonancia con el equivalente pictórico, pero siempre tratando de conservar la esencia de los personajes/temas originales.
Uno de los elementos que da coherencia a la obra, a pesar de la evolución estilística, es el tratamiento vocal, el cual se mantiene relativamente inalterado a través de toda la ópera. Un tratamiento vocal con un desarrollo melódico que da prioridad en todo momento al lirismo y la expresividad.
Al margen de la deconstrucción tonal necesaria conforme avanza le pieza, la evolución del lenguaje musical se realiza principalmente mediante técnicas compositivas alternativas a la atonalidad pura, como por ejemplo el uso de texturas orquestales, superposición de capas politonales, armonías modales y otros recursos que no solo le dan contemporaneidad a la obra sino que añaden variedad y riqueza sonora, algo que considero importante para que la audiencia esté metida de lleno en la trama y pueda disfrutar de una obra de una duración considerable.
La decisión de usar un lenguaje más consonante que atonal es deliberada y responde al hecho de que Picasso, a pesar de evolucionar su pintura desde el realismo más tradicional hasta convertirse en figura clave del modernismo, nunca llegó a hacer arte abstracto, y haciendo un paralelismo con la música, en mi opinión el atonalismo se identifica más con el arte abstracto que el figurativo”.
Juan J. Colomer